Sábado, 15 de diciembre de 2012
El hueso
Enremolinada, dolida,
confundida, con una cantidad infinita de lágrimas que se atropellan al salir.
Cansada, muy cansada también, de llevar tanto pasado adentro, de desconocerme,
de herir, de sentirme huérfana, sola, abandona. Cansada de esta Guerra adentro
que cuando le da la gana saca sus fusiles y dispara sin piedad, sin piedad de
mi misma, sin piedad del daño que me hago. Donde está el dolor acumulado? Qué
es lo que jode tanto? Qué es lo que duele tanto?
No se si soy objetiva, dudo
mucho de mis sentimientos, de estos altos y bajos. Pero hay algo ahí que me
raspa, me arde, que me lastima. Y está
tan vivo, que hay épocas que pienso que por fin se fue, y de pronto vuelve
furioso como si nunca se hubiera ido, resentido de que lo olvide por un momento.
He revisado tantas veces mi pasado, los orígenes de este hueso roto, roído,
petrificado instalado al lado del alma. ya no lo quiero, lo odio, me
lastima, me parte, quiero dejar todo ese dolor, ya no quiero que sea ese botón que se le puede aplastar a cualquier hora del día para llorar
desconsoladamente, desde el fondo, desde adentro.
Desde adentro grito, me grito,
desesperadamente, a ver si el viento que sale de mi boca limpia tanto polvo
alrededor del alma. Espero este camino del sur y del este, dame un poco de paz,
pon flores en el lago, ánclame, échame agua fresca, limpia y transparente.
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