El miedo a desconectarse, de habitar en el
egoísmo, de desprenderse de los afectos violentamente, y luego ¿cuales son las
consecuencias? De alejarse del grupo, de la tribu, cuando ella misma te ha
conformado. Cómo equilibrar lo que se es, y ese ser constituido, de lo que se
ha vivido, y si lo que se ha vivido es sólo la amalgama de esas personas que
han transitado, que están, que siguen, lejos, lejísimos. ¿Cómo estar en dos
sitios a la vez? ¿Cómo dividirse? ¿Cómo querer ser parte de algo que no está más
al alcance cuando se está tan presente en otro lugar? ¿Cómo lograr que te sigan
tomando en cuenta, que cuenten contigo, porque luego eso significa contar con
ellos? Será que lo que me da miedo es ese transito apresurado a ese punto,
intermedio, desdibujado de los afectos porque es también el camino a la
soledad, al centro del bosque, el evaporamiento de ese océano que me
atraviesa.
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