sábado, 13 de octubre de 2012

Dicotómica: reflexiones de un sábado tardío



El miedo a desconectarse, de habitar en el egoísmo, de desprenderse de los afectos violentamente, y luego ¿cuales son las consecuencias? De alejarse del grupo, de la tribu, cuando ella misma te ha conformado. Cómo equilibrar lo que se es, y ese ser constituido, de lo que se ha vivido, y si lo que se ha vivido es sólo la amalgama de esas personas que han transitado, que están, que siguen, lejos, lejísimos. ¿Cómo estar en dos sitios a la vez? ¿Cómo dividirse? ¿Cómo querer ser parte de algo que no está más al alcance cuando se está tan presente en otro lugar? ¿Cómo lograr que te sigan tomando en cuenta, que cuenten contigo, porque luego eso significa contar con ellos? Será que lo que me da miedo es ese transito apresurado a ese punto, intermedio, desdibujado de los afectos porque es también el camino a la soledad, al centro del bosque, el evaporamiento de ese océano que me atraviesa.