martes, 20 de diciembre de 2011

respuesta a yo también estoy resentida

Por PY (gracias por dejar que te publique) 
Asi me siento 24/7 los 365 dias del año y peor en estas fechas...lo que más odio es que esta sociedad podrida me hace sentir a mi como que yo fuera el bicho raro. Odio que llamen hippie a la gente que usa converse todos los dias, por no usar zapato de charol en el trabajo. Odio que la gente que clasifica y critica los estereotipos, es justamente la más prejuiciosa. Odio que me hagan odiar! Porque siento que soy autenticamente diferente... Y en esta sociedad eso no se celebra sinó se repudia. Justo en las fechas en que la tolerancia y la fraternidad deberian ser recordadas y expresadas, todos nos gastamos hasta el ultimo centimo para comprar eso que nos permite compararnos con el de a lado. Una vez mas...Odio la Navidad!

lunes, 19 de diciembre de 2011

Carta a mis amigos y a mis amigas

(escrito 22 de noviembre de 2011)
Les extraño. El viernes hablé con el tato. Terminé escuchando viejo mi querido viejo con intervalos de amigo de roberto carlos. Les suena tu eres mi hermano del alma realmente mi amigo?. Calamitoso estado terminar escuchando música que grita por un aguardiente. Hoy descubrí que cuando escribo para otros escribo mejor. Que leo mucho y escribo poco. Que leer no te pone en ridículo pero escribir sí. La lectora es intelectual la escritora sentimentalona. Que soy afortunada porque cuento con otros a quien puedo escribirles. Ustedes los otros y nosotras las otras vamos evolucionando. Ustedes son mi mitad. Ese punto de encuentro en donde me encuentro con lo que más me gusta ser. Creo que a la gente le gusta ser socia de ... porque eso es pertenencia. Yo siento pertenencia con ustedes. Me gusta pertenecer a un grupo de amigos y no a un club de exclusividad. Pertenencia rima con dependencia. Pero amigo rima con enemigo y eso no tiene sentido. O será que los opuestos son tan cercanos que nos vuelven terriblemente contradictorios?. Y que la contradicción es mejor amiga de la vida misma y le sorprende y le cuestiona y eso hacen los amigos. Siento también que mientras más se es, más se hace, más se tiene, más se recuerda. Creo que la vida al final es un buen puñado de recuerdos y que ustedes han sido mis grandes protagonistas.  Miguelito dice: "yo lo que quiero que me salga bien es la vida" y eso en mi caso no podría ser sin ustedes. Les propongo una cita, un sábado urbano. Me desagradan los convencionalismos injustificados  y que las cartas de amor y las citas sean sólo para los novios. 

Con todo mi cariño, 

María Paz

YO TAMBIÉN ESTOY RESENTIDA

Hace algún tiempo que siento muchas cosas que transmite este artículo, les comparto su versión quiteña. Disculparán la catarsis pero creo que es una forma de sanar. 

http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-317211-ultima-columna

Yo también estoy resentida con Quito, con esas calles llenas de huecos que descalabran el carro y hacen insoportable la experiencia de caminar sin estar pendiente en donde metes el pie. Estoy resentida con esa asquerosa paranoia que se me ha instalado que me hace entrar al carro,cerrar puertas, ventanas, esconder la cartera en el asiento de atrás y dejar peatones al paso en lluvias inclementes porque todos somos sospechosos. Odio al alcalde y al Quito que queremos y no se que pendejadas más, absurdas en una ciudad colapsada por el tráfico, por los pitazos, por las diferencias sociales, por la agresividad, por la estupidez y vagancia de la gente que está al frente de cualquier servicio al cliente, llámese restaurante, farmacia, universidad, oficina pública y demás. No soporto los estereotipos de mi clase, las bodas hechas con catálogo en mano, las viejas que arrastran la "erre" como si estuvieran tratando con peones de hacienda, los apellidos aristócratas y toda esa estirpe que carga el apellido como garantía de calidad. Ya no tolero las poses de mi gremio laboral en donde todos somos intelectuales, y tenemos la razón y utilizamos cada dos por tres las palabras "agenda, desarrollo y empoderamiento".  No entiendo la informalidad de la gente, las re confirmaciones de las confirmaciones de cualquier evento, las discotecas atestadas de mujeres que sólo interactúan con los hombres mediante la risa y  ese  circulo social mínimo en donde mujeres y hombres se reciclan en sus relaciones. Pero sobre todo creo que estoy resentida conmigo por la incapacidad de manejar este ambiente externo que me ahoga, me amarga, me esconde, me hace llorar, me desespera, me posa un velo negro en la visión que tengo de mi ciudad y de su gente y claro de mi misma. En estas detestables épocas navideñas creo que the wall nunca tuvo tanto sentido en mi vida. 

María Paz