Gracias lactancia por haber protegido con los mejores nutrientes y anticuerpos a mi hijo recién nacido, a mi hijo que empezaba a gatear, a mi hijo que ahora corre por todos lados.
Gracias lactancia por estar siempre a tiempo, lista, con la temperatura y la cantidad perfecta.
Gracias por arrullar a mi hijo, por calmarlo, sostenerlo, contenerlo, por amarlo.
Gracias lactancia por tu sabiduría, por ser el único alimento que mi hijo aceptaba en días y noches de fiebres altas, de gripes e indigestiones.
Gracias lactancia por enseñarme a fluir como la leche que brotaba de mis pechos, por la perseverancia, por cada minuto que me permitiste tener a mi hijo en mis brazos, viéndonos a los ojos y cerca de mi corazón.
Gracias lactancia por las largas noches y por tantos amaneceres que vimos juntas.
Gracias por ayudarme a criar a mi hijo, a aguantar los días de malhumor y cansancio, los de inapetencia, los de miedos e inseguridades.
Gracias lactancia por quedarte con mi hijo cuando yo salía a trabajar, por ser mi yo-extendido que estuvo siempre con el.
Gracias lactancia por conectarme con tantas mujeres que protegemos la vida, la salud y el amor.
Gracias por enseñarme lo superpoderoso que es mi cuerpo, generador de un néctar perfecto y sagrado.
Alimento de vida.
Por enseñarme que soy fuerte, capaz y mamífera.
Gracias lactancia por dejarme ser, estar y pausar.
Nos has nutrido a ambos.
560 días.
1 año, 6 meses, 12 días.
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