Si quieres saber lo que eres,
tendrás que preguntárselo a las piedras y al agua.
Si quieres descifrar el idioma en que hablan los brujos de tus sueños, interroga a las fábulas que te contaron la primera noche ante el fuego.
Porque no hay río que no sea tu sangre.
No hay selva que no esté en tus entrañas.
No hay viento que no sea secretamente tu voz y no hay estrellas que no sean misteriosamente tus ojos.
Dondequiera que vayas llevarás esas viejas preguntas.
Nada encontrarás en tus viajes que no estuviera desde siempre contigo,
y cuando te enfrentes con las cosas más desconocidas,
descubrirás que fueron ellas quienes arrullaron tu infancia
Teofrastus
Jartúm
Agosto, 2013
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